miércoles, 21 de abril de 2010

Correo Experiencie

Con el pasar de los años las formas de comunicación entre las personas han cambiado. Tanto es así, que se han perdido algunas costumbres, que hasta hace unos días creía que eran en vano, pero ahora creo, vale la pena recuperar.
Unos conocidos míos tuvieron una suerte de "frases" o "máximas" que me hicieron repensar muchas cosas. Por ejemplo, uno de ellos dijo "abandonemos el 15 delante de los números" "que vuelvan las llamadas al telefono de línea" "que se vuelva a tocar el timbre en las casas".
Entre risas y empujones, comenté que había escrito una carta. "¿Una carta?" "Sí" "¿Manuscrita?" "Sí"; al unísono me respondieron, hombres todos ellos, "¡Mandala por correo!". Me reí por dentro, luego de recibir un afectivo abrazo, me quedó picando en la mente correo. No tomé en serio mis propios pensamientos y seguí adelante con las horas que me quedaban por compartir con ellos. Pero en un
va y ven de pensamientos, correo iba y venia con ellos. Vino y se quedó. Además, me agregaron otra máxima: "Lo que pasa es que no es un word que reescribis, y envias por mail. No es un word que pones `copy and paste´y lo envias por mail, es una CARTA MANUSCRITA; una verdadera demostración de amor". Por supuesto, como soy una persona sensible, y en este ultimo tiempo más, me largué a llorar.
En el interín entre trabajo y trabajo, pensaba sobre el asunto del correo. Me hice muchas preguntas, y en un arranque no sé bien de qué, decidí dirigirme hacia el correo y enviar el manuscrito. La sensasión fue buena. La intención también, por suerte.
El predio dispone de varios servicios entre los que cabe destacar, por su unidad conceptual, el correo postal, el rapipago y la quiniela (creo que porque en todos interviene el papel). Asombrada por la linea de personas que salía del lugar, pregunté si era para el correo, ofuscada la gente, respondio de manera negativa y entré. Dentro una joven amable, me dijo "venís para mandar una carta?"; se ve que mi cara lo decía todo, "sí" - respondí; "pasá por acá". Me acerqué a un mostrador que a lo largo cambiaba de función, hacia la izquierda era rapipago y hacia la derecha era quiniela; muy versátil. "Pesa 20gr" - me dijo. "Ah bueno, ¿y cuándo llega?" - pregunté. "Y...de tres a cinco días"-
Me pareció bastante tiempo, sobretodo porque era una carta que iba a 20 cuadras de donde estabamos, pero para no intervenir en los dispositivos de poder ya conformados hace años; acepté las reglas del juego. "¿Y cuánto sale?" - pregunté con la emoción de estar mandando una carta por correo. "Tenes varias opciones: correo simple $1.25 ; correo plus $9 ; correo plus plus $25" "Y por qué tanta diferencia?" "el de $1.25: se tira debajo de la puerta y ya; el de $9: se tira debajo de la puerta pero te doy un código con el que podes hacerle un seguimiento por internet" - Sin dejarla terminar, y como soy una persona paranoica y que se deja llevar por sus impulsos, le dije "vamos con el de $9" "buenisimo y lo seguis por internet, o venis acá y lo miramos, no te hagas problema" Me dio un papelito con el código de seguimiento y el nombre del destinatario, un ticket y me fui.
Por supuesto, la ansiedad y cuiriosdad me tenian caminando por las paredes; así que estuve dos días seguidos viendo en qué situación estaba la carta, hasta que ayer, luego de varios intentos fallidos, la leyenda del seguimiento decía "entregada exitosamente a las 14.40h". El éxito de la entrega debe ser que los 20 gr de papel pasaron por debajo de la puerta, pero bueno. Me asombré, incluso, de que haya llegado en tan solo un día. A pesar de haber estado advertida que podían ser tres o cinco, me gusta cuando abren el paraguas antes de que llueva.
Ahora estamos en la pantalla siguiente, "ya le llegó" y en esta etapa, no tengo forma de saber NADA, ni si quiera si la abrió o no. No es lo mismo que un sms, ni que un mail, ni que un llamado, todos tienen sus pro y sus contras, pero el correo era cosa de "antes" y lo recuperé, me gustó, me sentí bien haciéndolo, y eso es suficiente. Ahora, tengo que esperar que haya algún tipo de reacción, otra carta, una paloma mensajera, o un sms.
El manuscrito tenía una pregunta, así que merezco una respuesta.

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